16 de julio de 2025

Una vez más, en nombre de proteger los intereses de unos pocos privilegiados, los usuarios comunes somos los que pagamos las consecuencias. Esta vez, el golpe vino disfrazado de justicia: Google Fonts está siendo bloqueado en España por varios proveedores de internet como Digi, Vodafone y Lowi. ¿La razón? Un supuesto intento por detener la piratería de partidos de fútbol. ¿Y qué tiene que ver una librería de fuentes con eso? Nada. Absolutamente nada.

🔥 Bloquear fuentes web por piratería: la nueva genialidad de la censura moderna

La absurda medida parte de una sentencia del Juzgado de lo Mercantil de Barcelona (sentencia 294/2022), promovida por Telefónica a nombre de LaLiga, que permite bloquear semanalmente dominios sospechosos de transmitir contenido deportivo ilegal. Sin embargo, en vez de aplicar la ley con precisión quirúrgica, los operadores han optado por amputar partes vitales de internet al estilo medieval, llevándose de encuentro a Google Fonts (fonts.googleapis.com, fonts.gstatic.com) y afectando a miles de páginas legítimas en todo el país.

No hablamos solo de sitios pequeños. Estamos hablando de servicios como Google Calendar, Google Maps, plataformas educativas, blogs, webs institucionales y miles de proyectos personales que ahora se ven deformados, con textos ilegibles y diseños rotos. Todo porque alguien decidió que era más fácil cortar internet que entender cómo funciona.

⚖️ La excusa: “combatir la piratería”; la realidad: un nuevo capítulo de censura masiva

Esta no es la primera vez que en nombre del copyright se pisotean los derechos digitales. Pero esta vez, el alcance ha sido grotesco. La excusa es el fútbol, pero la consecuencia es clara: intervención indiscriminada y censura tecnológica. ¿Hasta cuándo las operadoras seguirán jugando a ser jueces? ¿Dónde queda la neutralidad de la red?

La neutralidad de la red no es opcional. Es un derecho digital. Y lo que se está haciendo ahora es ponerla en juego por conveniencia corporativa.

👨‍💻 ¿Y qué pasa con la transparencia?

Mientras los grandes medios ignoran el tema o lo minimizan, los afectados somos nosotros. No hay comunicados, no hay advertencias, no hay opción de optar fuera. Solo te levantas un día, y tus herramientas dejan de funcionar porque alguien más, en una oficina lejana, decidió que la censura es más fácil que la solución real.

Lo peor: este despropósito está planeado para durar hasta 2027, con actualizaciones semanales de dominios “sospechosos”. ¿Quién los revisa? Nadie lo sabe. ¿Puedes apelar si tu web está en la lista? Buena suerte.

💣 El abuso tiene consecuencias

  • Tus fuentes no cargan, tus íconos desaparecen.
  • Las webs se ven feas, rotas, desfiguradas.
  • No es un fallo técnico: es una mutilación autorizada.
  • Estás pagando por un servicio de internet que te censura sin consultarte.

Y si usas Vodafone, incluso te aparece un mensaje diciéndote que el acceso ha sido restringido por orden judicial. Como si estuviéramos accediendo a contenido prohibido, cuando en realidad estás visitando tu web favorita para aprender, trabajar o simplemente leer noticias.

💡 ¿Cómo defendernos?

Por suerte, aún tenemos armas para resistir:

  1. Cambia tus DNS a servicios libres como Cloudflare (1.1.1.1) o Google DNS (8.8.8.8).
  2. Instala una VPN: es hoy más que nunca una herramienta de libertad.
  3. Usa extensiones de navegador que eviten la carga de recursos bloqueados desde dominios censurados.

🔚 ¿Y el futuro?

Este no es solo un error técnico. Es un síntoma de algo más grave: el intento sistemático de convertir la red en una herramienta de control. Lo que empieza con el fútbol, mañana puede ser cualquier otro tema. Hoy son las fuentes, mañana será el acceso a servidores de código abierto o a contenidos que no gusten a cierta corporación.


📢 ¡Basta de normalizar el abuso!

La red no debería ser rehén de intereses comerciales. No podemos permitir que el internet libre y abierto siga siendo despedazado por decisiones opacas, ineficientes y desproporcionadas. Porque cada bloqueo que no cuestionamos hoy, es una libertad menos que tendremos mañana.

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