En 1978, China inició un ambicioso programa de reformas económicas bajo el liderazgo de Deng Xiaoping. Estas reformas abrieron el país al comercio exterior, permitieron la inversión privada y transformaron su modelo económico hacia una combinación de planificación centralizada con elementos de mercado. Se desmanteló el sistema de comunas rurales, permitiendo a los agricultores vender el excedente de su producción en el mercado. Además, se crearon Zonas Económicas Especiales (ZEE) en regiones costeras como Shenzhen, donde se promovieron inversiones extranjeras con beneficios fiscales y regulatorios.

Gracias a estas políticas, China experimentó un crecimiento acelerado, con tasas de expansión económica superiores al 9% anual durante décadas. La industrialización y el desarrollo del sector tecnológico permitieron la creación de grandes conglomerados y transformaron al país en el «taller del mundo». Hoy, China es la segunda economía más grande del planeta y está en camino de superar a Estados Unidos.
¿Podría Perú seguir un camino similar?
En teoría, Perú podría aplicar ciertas reformas inspiradas en el modelo chino para impulsar su desarrollo. Sin embargo, para ello sería necesario implementar cambios estructurales en diversos sectores. Algunas medidas clave podrían incluir:
- Políticas de industrialización y manufactura: China invirtió en la creación de Zonas Económicas Especiales (ZEE) para atraer inversión extranjera. Estas zonas ofrecían incentivos fiscales y menos regulaciones, atrayendo a empresas globales para la producción de bienes. Perú podría replicar este modelo fomentando el desarrollo de parques industriales con incentivos tributarios y mejor infraestructura, especialmente en regiones con alto potencial de manufactura.
- Apertura al comercio y atracción de inversión extranjera: Si bien Perú ya es parte de diversos tratados de libre comercio, podría mejorar sus políticas para atraer inversión extranjera en sectores como tecnología, manufactura y energías renovables. La facilitación de trámites administrativos y una regulación más clara ayudarían a fortalecer la confianza del inversor.
- Desarrollo de infraestructura: China apostó por la construcción masiva de carreteras, ferrocarriles y puertos para facilitar el transporte de bienes y personas. En Perú, la mejora en infraestructura permitiría reducir costos logísticos y aumentar la competitividad. La expansión de redes ferroviarias para conectar las regiones productivas con los puertos sería un paso clave para fortalecer el comercio exterior.
- Inversión en educación y tecnología: China priorizó la educación en ciencia y tecnología, lo que facilitó la creación de grandes empresas como Huawei y Alibaba. En Perú, la mejora de la calidad educativa, la vinculación con el sector privado y el fomento de la investigación y desarrollo podrían contribuir al desarrollo de una economía basada en el conocimiento.
- Reformas en el sector agrícola: La reforma agraria china permitió que los agricultores tuvieran más autonomía y accedieran a mercados, aumentando la productividad y la seguridad alimentaria. Perú podría modernizar su sector agrícola con tecnología, técnicas de cultivo eficientes y acceso a financiamiento para los pequeños productores.
¿Qué impide que Perú progrese y crezca?
A pesar de su potencial, Perú enfrenta diversos obstáculos estructurales que limitan su crecimiento económico:
- Corrupción: La corrupción es uno de los principales problemas que afectan la inversión pública y privada en Perú. La falta de transparencia y la ineficiencia en el uso de recursos públicos frenan el desarrollo.
- Inestabilidad política: A diferencia de China, que tiene un sistema político centralizado y estable, Perú ha sufrido constantes crisis políticas, cambios de gobierno y falta de continuidad en las políticas económicas. Esta inestabilidad desalienta la inversión extranjera y local.
- Dependencia de materias primas: Perú sigue dependiendo en gran medida de la exportación de minerales como el cobre y el oro, lo que lo hace vulnerable a las fluctuaciones de los precios internacionales. Una mayor diversificación económica podría reducir esta dependencia.
- Desigualdad y falta de inclusión social: El crecimiento económico en Perú no ha beneficiado de manera equitativa a toda la población. La pobreza y la falta de acceso a servicios básicos siguen siendo un problema, especialmente en las zonas rurales.
- Deficiencias en educación y capacitación laboral: Para lograr un crecimiento sostenible, Perú necesita mejorar la calidad de su educación y fortalecer la capacitación en tecnologías emergentes, preparándose para los retos de la economía digital.
- Burocracia y trabas para los negocios: El exceso de regulaciones y la lentitud en la administración pública dificultan la inversión y el emprendimiento. Simplificar trámites podría atraer más inversores y fomentar la creación de nuevas empresas.
Conclusión
Si bien Perú podría inspirarse en las reformas económicas de China para impulsar su crecimiento, existen diferencias fundamentales en el contexto político, social y económico de ambos países. Para convertirse en una potencia, Perú necesita una visión de largo plazo, estabilidad política y reformas estructurales que permitan diversificar su economía, mejorar su infraestructura y fomentar la innovación. Sin embargo, para lograrlo, es fundamental superar los obstáculos internos como la corrupción, la inestabilidad y la dependencia de materias primas.