20 de octubre de 2025

En los últimos días, la comunidad tecnológica ha encendido las alarmas: múltiples usuarios y medios especializados han reportado que la última actualización de Windows 11 estaría dañando los SSD. Sin embargo, Microsoft se mantiene firme en negar el problema, generando una creciente ola de desconfianza hacia la compañía.

Los reportes de fallos en SSD

Usuarios en foros como Reddit, Microsoft Answers y TechPowerUp han mostrado pruebas claras: tras instalar la actualización más reciente de Windows 11, las unidades de estado sólido (SSD) comienzan a presentar:

  • Caídas drásticas de velocidad de lectura y escritura.
  • Errores frecuentes al acceder a archivos.
  • Pérdida de vida útil acelerada en las celdas de memoria NAND.
  • Congelamientos del sistema al realizar tareas pesadas.

Algunos especialistas incluso han documentado con herramientas como CrystalDiskMark cómo un SSD nuevo, tras pocos días con la actualización instalada, muestra degradación preocupante en su rendimiento.

La respuesta de Microsoft

Pese a la creciente evidencia, Microsoft ha declarado que «no existe un problema generalizado» y que los casos reportados son «circunstancias aisladas». Sin embargo, esta explicación no convence a la comunidad, ya que la cantidad de reportes crece diariamente y los patrones son consistentes.

Muchos usuarios sienten que la empresa busca minimizar el impacto mediático en lugar de reconocer un error crítico que podría costar miles de dólares en hardware dañado.

Consecuencias para los usuarios

La principal recomendación que circula en redes y foros es no instalar la última actualización de Windows 11 hasta que exista un comunicado oficial más transparente o un parche que garantice seguridad.

En caso de haberla instalado, expertos aconsejan:

  • Revisar la salud del SSD con herramientas como CrystalDiskInfo.
  • Realizar copias de seguridad de inmediato.
  • Evaluar desinstalar la actualización problemática.

¿Un riesgo innecesario?

Windows 11 ya ha estado bajo críticas por su alto consumo de recursos, requisitos estrictos de hardware y fallas recurrentes. Ahora, con este nuevo conflicto, muchos se plantean si realmente vale la pena mantener el sistema operativo o regresar a versiones más estables como Windows 10 o pasarse a Linux, lo cual es una de las mejores opciones.

Lo cierto es que, mientras Microsoft siga negando el problema, los usuarios quedan en una posición vulnerable: arriesgarse a perder la vida útil de su SSD o desconfiar de la plataforma más usada del mundo en computadoras personales.

⚠️ Recomendación final: por seguridad, si usas Windows 11, desactiva las actualizaciones automáticas y espera confirmación oficial. La pérdida de un SSD no solo significa un gasto económico, sino también la posible desaparición de tus datos más importantes.

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