Durante más de una década, Facebook fue el epicentro del mundo digital. Era la red social donde todos estaban: desde amigos del colegio hasta compañeros de trabajo, desde marcas hasta artistas. Sin embargo, en 2025, la situación es radicalmente diferente. Facebook, la joya de la corona de Meta, atraviesa un evidente declive que muchos ya consideran irreversible. La plataforma ha pasado de ser un espacio vibrante y social a un sitio inundado de cuentas falsas, estafas, bots y un vacío de interacción humana real.

El vacío social de Facebook
Lo que alguna vez fue un lugar para compartir momentos familiares, logros personales o simplemente fotos de vacaciones, hoy se siente desolado. La mayoría de usuarios reales han migrado a otras plataformas más modernas y menos invasivas como Instagram, TikTok o incluso redes descentralizadas como Mastodon. La interacción genuina ha desaparecido casi por completo, reemplazada por contenido reciclado, memes virales impersonales o publicaciones automatizadas.
Los amigos ya no publican. El “¿qué estás pensando?” se ha convertido en un eco vacío. Incluso las notificaciones de cumpleaños que antes eran motivo de reunión virtual, hoy son ignoradas.
Cuentas falsas y bots: la nueva población de Facebook
Facebook está inundado por cuentas falsas y bots automatizados que distribuyen contenido genérico, spam, y en muchos casos, campañas de desinformación. Estas cuentas son usadas para inflar números, manipular narrativas y muchas veces camuflan fraudes o promociones engañosas.
Este aumento alarmante de perfiles no reales ha provocado una falta total de confianza en la comunidad. Ya no se sabe si el «amigo nuevo» que te envía una solicitud es una persona real o un bot operado por inteligencia artificial para recolectar datos o estafarte.
El auge de las estafas
Una de las problemáticas más graves en la red social es el incremento constante de estafas. Desde supuestos premios de sorteos inexistentes hasta inversiones en criptomonedas fraudulentas, Facebook se ha convertido en un hervidero de engaños. Cuentas robadas o suplantadas son usadas para extorsionar, robar información o convencer a contactos confiables de transferir dinero.
El soporte de Meta para usuarios afectados por estas estafas es lento e ineficaz, dejando a miles de personas vulnerables a caer en redes criminales con impunidad.
El Marketplace: lo último rescatable… pero riesgoso
Facebook Marketplace se mantiene como una de las pocas funciones útiles de la plataforma. Es un espacio donde se pueden encontrar productos de segunda mano, servicios o incluso oportunidades de negocio local. Sin embargo, este rincón funcional de la plataforma también se ha convertido en un lugar peligroso.
Muchas publicaciones no son verificadas. Existen numerosos reportes de fraudes, productos defectuosos o incluso situaciones inseguras al momento de concretar intercambios físicos. Aunque sigue siendo útil, usarlo conlleva riesgos considerables, y muchos usuarios ya recomiendan alternativas más seguras y especializadas.
¿Un futuro sin Facebook?
El panorama es claro: Facebook está perdiendo relevancia. Cada día más usuarios abandonan la plataforma, no solo por su decadencia funcional, sino por el impacto negativo en la privacidad, el exceso de publicidad y la saturación de contenido irrelevante. Mientras tanto, Linux y la filosofía del software libre están ganando terreno como herramientas limpias, veloces y respetuosas con el usuario. En un mundo cada vez más consciente de la tecnología que usamos, Facebook ya no tiene cabida como antes.
A menos que Meta haga un giro radical y vuelva a poner al usuario real en el centro de su estrategia, Facebook seguirá cayendo como un gigante herido, presenciando cómo su legado es devorado por el olvido digital.
Generaciones que abandonan, generaciones que nunca llegaron
Mientras los usuarios mayores simplemente se alejan de la plataforma por cansancio o desinterés, las generaciones más jóvenes nunca se sintieron atraídas. Para ellos, Facebook es un sitio de “padres y abuelos”, un espacio pasado de moda que no ofrece lo que buscan: inmediatez, creatividad y conexión genuina.
¿Que pasara ahora?
Facebook aún conserva una base de usuarios inmensa, pero su influencia real disminuye con cada año que pasa. Está claro que Meta intenta reinventarse (invirtiendo en el metaverso, potenciando Instagram y Threads), pero el núcleo de su imperio, la red social que lo inició todo, parece estar condenada a ser un recuerdo digital, al igual que lo fueron MySpace, Hi5 o Fotolog.
Conclusión
Facebook ya no es lo que era. Lo que antes fue sinónimo de conexión global se ha convertido en una red fantasmal, plagada de automatismos y carente de la autenticidad que la hizo triunfar. Las personas buscan ahora espacios donde la interacción sea real, el contenido fresco y el entorno amigable. Facebook, en cambio, parece estancado en una época pasada, observando cómo sus usuarios migran lentamente hacia nuevas formas de socializar.