🧩 Capítulo I: El Mundo Antes de Ubuntu
A principios de los años 2000, el mundo del software libre vivía en un contexto de entusiasmo técnico pero de acceso complejo. Linux existía, sí, pero no era para cualquiera. Requería conocimientos avanzados, complicadas instalaciones, y un ecosistema fragmentado entre múltiples distribuciones —Slackware, Debian, Red Hat, Mandrake—, muchas de ellas difíciles de mantener para un usuario promedio.
La idea de un «Linux para seres humanos» aún no se había concretado… Hasta que apareció Ubuntu.

👨🚀 Capítulo II: Mark Shuttleworth y el nacimiento de Ubuntu
El año era 2004. Mark Shuttleworth, un empresario sudafricano y exastronauta, ya había vendido su empresa de seguridad digital Thawte a VeriSign por 575 millones de dólares en 1999. Con ese capital, fundó Canonical Ltd., una empresa cuyo único propósito inicial fue financiar una nueva distribución de Linux: Ubuntu.
Inspirado por su experiencia como usuario de Debian, Shuttleworth reunió a un pequeño equipo de desarrolladores y propuso algo revolucionario:
“Tomemos Debian y hagámoslo simple, usable y hermoso. Un Linux que pueda instalar cualquiera.”
Y así, en octubre de 2004, Ubuntu 4.10 “Warty Warthog” fue liberado al mundo. Lo increíble: era gratis, y Canonical lo enviaba por correo en CD a cualquier parte del planeta, sin cobrar un centavo.
💡 Capítulo III: La filosofía Ubuntu
El nombre Ubuntu proviene del concepto africano que significa:
“Soy porque nosotros somos”.
Su enfoque era profundamente comunitario, humano y abierto. Esta filosofía influyó en todos los aspectos del sistema:
- Interfaz amigable (GNOME y luego Unity).
- Ciclo de desarrollo estable y predecible (una versión cada 6 meses).
- Compatibilidad con hardware común.
- Soporte profesional opcional para empresas.
El objetivo era claro: llevar Linux al escritorio común sin miedo al terminal.
🏢 Capítulo IV: Canonical y el modelo de negocio
Pero… ¿cómo se sostenía algo que se regalaba?
Canonical diseñó un modelo de negocio mixto, basado en servicios y productos profesionales. A lo largo del tiempo, su estrategia se adaptó a la evolución del mercado.
1. Soporte técnico empresarial
Canonical vende soporte premium para Ubuntu LTS a empresas, universidades, gobiernos y bancos, al estilo de Red Hat.
- Actualizaciones de seguridad extendidas (ESM).
- Parches críticos para kernel y paquetes clave.
- Asistencia 24/7 con SLA (acuerdos de nivel de servicio).
2. Ubuntu Advantage (ahora Ubuntu Pro)
Este es un servicio por suscripción que incluye:
- ESM (Extended Security Maintenance).
- Livepatch (actualizaciones del kernel sin reinicio).
- Acceso a repositorios adicionales y certificaciones de seguridad.
Se paga por máquina o por servidor, dependiendo del uso (on-premise o en la nube).
☁️ Capítulo V: Ubuntu en la nube
Canonical fue uno de los primeros en adaptarse a la revolución cloud.
– Ubuntu Server
Se convirtió en la distro más usada en servidores de Amazon AWS, Microsoft Azure y Google Cloud, en parte porque:
- Es ligera.
- Tiene buena documentación.
- Funciona bien en entornos de contenedores.
– MAAS y Juju
Canonical desarrolló herramientas propias:
- MAAS (Metal-as-a-Service): para desplegar infraestructuras físicas como si fueran nubes privadas.
- Juju: un orquestador de aplicaciones en múltiples nubes, competencia de Kubernetes en sus primeros años.
Estas herramientas también se ofrecen como servicios con soporte comercial.
📦 Capítulo VI: Ubuntu Core e IoT
En la era del Internet de las Cosas (IoT), Canonical apostó por Ubuntu Core, una variante de Ubuntu minimalista, segura y basada en paquetes Snap.
- Ideal para electrodomésticos inteligentes, routers, dispositivos médicos.
- Se licencian instalaciones comerciales con actualizaciones OTA (Over-the-Air).
- Se pueden firmar imágenes específicas para cada cliente industrial.
🧱 Capítulo VII: Snaps: la apuesta por el ecosistema
Canonical desarrolló el formato Snap, un sistema de paquetes autocontenidos que:
- No dependen de bibliotecas externas.
- Funcionan en múltiples distros.
- Se actualizan automáticamente.
Aunque Snap ha recibido críticas por rendimiento o centralización (todo pasa por Snap Store), Canonical lo promueve como un modelo de negocio porque:
- Empresas pueden vender software en Snap Store.
- Canonical cobra comisiones similares a otras tiendas de apps.
- Se garantiza control de versiones y telemetría (para empresas).
💰 Capítulo VIII: Otras fuentes de ingresos
- Certificaciones y entrenamientos oficiales.
- Contratos con fabricantes de hardware (Dell, Lenovo) que venden PCs con Ubuntu preinstalado.
- Acuerdos con gobiernos que usan Ubuntu como plataforma segura y auditable.
- Consultoría en proyectos de código abierto, donde Canonical actúa como experto externo.
🌐 Capítulo IX: Ubuntu en el mundo
Ubuntu es hoy:
- El Linux más popular en escritorios (junto con Linux Mint).
- El más usado en la nube pública.
- Una base para derivados como Kubuntu, Xubuntu, Pop!_OS, Elementary OS.
- Un sistema utilizado por desarrolladores, instituciones, y empresas a nivel global.
🧠 De una utopía a una realidad empresarial
Lo que comenzó como un ideal comunitario financiado por un millonario excéntrico, se convirtió en una empresa autosostenible, con ingresos propios, y con fuerte presencia global.
Canonical y Ubuntu no solo cambiaron cómo se veía Linux en el escritorio, sino que redefinieron el modelo de negocio del software libre:
“Dar el sistema operativo gratis, pero cobrar por el conocimiento, el soporte, la eficiencia y la confianza.”
Ubuntu ahora: en caida libre
¿En qué momento el Linux para humanos se convirtió en el Linux para la empresa… y la frustración?
🧱 Los orígenes gloriosos
En sus inicios, Ubuntu fue sinónimo de esperanza para quienes querían huir de Windows sin complicarse la vida con distros difíciles. Su lema “Linux for human beings” no era solo marketing: era una promesa cumplida.
- Interfaz limpia, fluida y simple.
- Soporte masivo para hardware.
- Un sistema que simplemente funcionaba desde el primer arranque.
- ¡Incluso te enviaban los CDs a casa gratis!
Para muchos, Ubuntu fue la puerta de entrada al mundo Linux. Fue la distro que convenció a miles de personas de abandonar el software privativo, sin miedo ni frustraciones técnicas.
🧨 Pero algo empezó a romperse…
Con el paso del tiempo, Ubuntu fue cambiando. Al principio, fue natural: evolución, nuevas tecnologías, otros enfoques. Pero poco a poco se fue alejando de su propia filosofía.
Los problemas más notorios comenzaron a notarse con:
1. La obsesión por Snap
Canonical apostó fuerte por Snap, un formato de paquetes que, si bien tiene ventajas como el aislamiento y las actualizaciones automáticas, también trae consigo:
- Tiempos de arranque lentos.
- Consumo de espacio excesivo.
- Paquetes que tardan en abrirse (¿alguien ha intentado abrir Firefox en Ubuntu 22.04?)
- Una Snap Store centralizada, controlada solo por Canonical, rompiendo el espíritu descentralizado de Linux.
Muchos usuarios se han sentido traicionados. Ya no puedes desinstalar Snap sin romper partes del sistema. Y si usas otras tiendas… bueno, Ubuntu no te lo pone fácil.
2. Telemetría encubierta
Ubuntu, como Windows, ha comenzado a implementar recopilación de datos, o lo que muchos llaman directamente telemetría.
Aunque dicen que es “anónima y opcional”, seamos claros:
- Se activó por defecto en versiones pasadas.
- No está completamente claro qué se recoge y con qué fines.
- ¿No era Ubuntu la distro que respetaba al usuario por sobre todas las cosas?
Esa idea de “control” que antes teníamos al usar Ubuntu se empieza a sentir borrosa.
3. Rendimiento en caída libre
Antes, Ubuntu era rápido, incluso en equipos modestos. Hoy, especialmente con la versión 24.04, los reportes son alarmantes:
- Uso excesivo de RAM al arranque.
- Aplicaciones que demoran en abrirse.
- GNOME con animaciones poco fluidas en PCs sin GPU dedicada.
- Fallos gráficos con drivers propietarios o de Intel.
Además, muchas herramientas básicas se han inflado con dependencias innecesarias, lo que genera una experiencia “gorda” en comparación con distros minimalistas como Arch, EndeavourOS o incluso Linux Mint.
📉 ¿Qué está haciendo Canonical?
Canonical parece haber dejado de lado al usuario de escritorio común para enfocarse en:
- Servidores y nube (Ubuntu Server).
- Infraestructura empresarial.
- Ubuntu Core y sistemas embebidos (IoT).
- Automatización (Juju, MAAS).
- Snap como plataforma cerrada de distribución de software.
Mientras que la comunidad busca libertad, rendimiento y personalización, Ubuntu parece querer convertirse en el «Windows del mundo Linux», repitiendo muchos de los mismos errores que una vez criticó.
🧠 ¿A dónde se está yendo la comunidad?
La migración ya empezó:
- Muchos usuarios se están pasando a Linux Mint, que sigue siendo compatible con Ubuntu pero sin Snap ni telemetría.
- Otros se aventuran con Arch, Debian, Fedora o incluso distros ultraligeras como CachyOS.
- Las comunidades que antes giraban en torno a Ubuntu ahora se sienten más representadas en proyectos comunitarios que sí escuchan al usuario.
🚪 Conclusión: de pionero a advertencia
Ubuntu fue el estandarte del cambio. Hoy, es una advertencia de lo que pasa cuando una distro deja de escuchar a su comunidad, abraza el control corporativo, y prioriza métricas internas por sobre la experiencia real.
Todavía hay cosas buenas en Ubuntu. Pero si no cambia el rumbo, puede quedar relegado al pasado como una distro que prometía libertad, pero terminó pareciéndose demasiado a aquello de lo que muchos querían escapar.
¿Será Ubuntu capaz de reconectar con sus usuarios… o será superado por aquellos que aún creen en el verdadero espíritu del software libre?