Aunque muchas distribuciones de Linux son desarrolladas por comunidades internacionales o empresas multinacionales, algunas están asociadas directamente a un país debido a sus desarrolladores principales, patrocinadores o enfoque regional. Aquí tienes una lista no exhaustiva de distribuciones Linux agrupadas por país de origen o desarrollo principal:

🌍 Distribuciones Linux por País
(Ordenadas alfabéticamente por país, con algunas distros destacadas)
Alemania 🇩🇪
- openSUSE (respaldada por SUSE, una empresa alemana)
- TUXEDO OS (para computadoras TUXEDO, con sede en Alemania)
- Qubes OS (seguridad extrema, desarrollado por un equipo internacional, pero liderado desde Alemania)
Argentina 🇦🇷
- Huayra (basada en Debian, desarrollada por el programa Conectar Igualdad)
- Ututo (una de las primeras distros 100% libres de Argentina)
Brasil 🇧🇷
- BigLinux (basada en Ubuntu/Kubuntu, enfocada en facilidad de uso)
- Metamorphose (para pentesting y seguridad)
- Kurumin (antigua distro brasileña, ya descontinuada)
Canadá 🇨🇦
- Q4OS (basada en Debian, ligera para hardware antiguo)
- Porteus (live CD ultra rápido, desarrollado en Canadá)
China 🇨🇳
- Deepin (elegante y con su propio entorno de escritorio, DDE)
- Ubuntu Kylin (versión oficial de Ubuntu para China)
- OpenEuler (para servidores, respaldada por Huawei)
Corea del Sur 🇰🇷
- HamoniKR (basada en Ubuntu, para usuarios coreanos)
- TMAX OS (desarrollada por la empresa TmaxSoft)
España 🇪🇸
- Max (basada en Ubuntu, usada en escuelas de Madrid)
- LliureX (para educación en la Comunidad Valenciana)
- Guadalinex (usada en Andalucía, basada en Ubuntu)
Estados Unidos 🇺🇸
- Red Hat Enterprise Linux (RHEL) (empresa con sede en NC, USA)
- Fedora (comunidad respaldada por Red Hat)
- Ubuntu (Canonical, con sede en EE.UU., aunque fundada por un sudafricano)
- Mint (basada en Ubuntu/Debian, desarrollada principalmente en EE.UU. e Irlanda)
- Slackware (una de las distros más antiguas, creada por Patrick Volkerding)
Francia 🇫🇷
- Mageia (fork de Mandriva, desarrollada por comunidad francesa)
- Ubuntu Studio (aunque es oficial de Canonical, su equipo principal está en Francia)
India 🇮🇳
- Bharat Operating System Solutions (BOSS) (basada en Debian, para el gobierno indio)
- Garuda Linux (aunque el equipo es internacional, el líder es indio)
Indonesia 🇮🇩
- BlankOn (basada en Debian, para usuarios indonesios)
Irán 🇮🇷
- Parsix (basada en Debian, enfocada en persa/inglés)
México 🇲🇽
- KZeros (para pentesting, desarrollada en México)
Rusia 🇷🇺
- ALT Linux (para empresas y gobierno ruso)
- Rosa Linux (fork de Mandriva, usada en instituciones rusas)
- Astra Linux (para seguridad y defensa, certificada en Rusia)
Sudáfrica 🇿🇦
- Ubuntu (Canonical fue fundada por el sudafricano Mark Shuttleworth)
Turquía 🇹🇷
- Pardus (basada en Debian, desarrollada por el gobierno turco)
Ucrania 🇺🇦
- KolibriOS (sistema minimalista, parte del equipo es ucraniano)
Reino Unido 🇬🇧
- Kali Linux (de Offensive Security, con sede en UK, pero equipo global)
- Raspberry Pi OS (para Raspberry Pi, desarrollada en UK)
Venezuela 🇻🇪
- Canaima (basada en Debian, usada en instituciones públicas)
🇵🇪 Distribuciones Linux hechas en Perú
1. GNUX.Edu (basada en Debian)
- Creada por: La comunidad peruana de software libre, con apoyo de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI).
- Objetivo: Uso educativo en escuelas y universidades.
- Incluía: Herramientas para programación, matemáticas y diseño gráfico adaptadas a currículas locales.
2. Ayllu Linux (proyecto comunitario)
- Enfocada en: Promover el quechua y lenguas originarias en la informática.
- Curiosidad: Llegó a tener soporte experimental para interfaces en quechua.
📜 El contexto: Perú como referente legal del software libre
En 2005, Perú fue noticia mundial cuando el Congreso de la República debatió un proyecto de ley para priorizar el software libre en el sector público (Ley 27896). El impulso vino de:
- Argumentos técnicos: Evitar dependencia de empresas extranjeras.
- Argumentos éticos: Garantizar transparencia en sistemas estatales (ej.: votaciones electrónicas).
Aunque la ley no se aplicó de manera masiva, sentó un precedente histórico. El entonces congresista Edgar Villanueva incluso intercambió cartas públicas con Microsoft sobre los riesgos del software privativo en la soberanía tecnológica.
🐧 ¿Por qué no hubo más distros peruanas?
- Falta de apoyo estatal continuo: A diferencia de España (Guadalinex) o Venezuela (Canaima), Perú no mantuvo un proyecto público a gran escala.
- Comunidad fragmentada: Los esfuerzos se centraron en adaptar Ubuntu o Debian para necesidades puntuales (ej.: escuelas rurales), sin consolidar una distro unificada.
- El «efecto pragmático»: Muchas instituciones prefirieron usar distros globales (como Ubuntu) en lugar de desarrollar las suyas.
🔍 Notas importantes:
- Muchas distros son globales: Proyectos como Debian, Arch Linux o Gentoo son mantenidos por comunidades internacionales sin un «país oficial».
- Empresas multinacionales: Distros como Ubuntu (Canonical) o Fedora (Red Hat) tienen equipos en varios países.
- Distros desaparecidas: Algunas (como Kurumin de Brasil) ya no se desarrollan.
Reflexión: La tecnología no tiene nacionalidad, pero se viste de culturas
La tecnología, en su esencia más pura, es un lenguaje universal. No reconoce fronteras, banderas ni himnos nacionales. Un algoritmo escrito en Python funciona igual en una laptop en Nairobi que en una workstation en Oslo. El kernel de Linux, creado por un finlandés, hoy es mejorado por desarrolladores de la India, Alemania, Brasil o Corea del Sur. Y sin embargo, aunque el código sea neutral, la forma en que lo usamos, adaptamos y soñamos está profundamente influenciada por nuestra identidad, necesidades y realidad local.
1. La paradoja de la universalidad tecnológica
En teoría, la tecnología debería ser democrática: un smartphone con acceso a Wikipedia pone el mismo conocimiento al alcance de un estudiante en Perú que en Vietnam. Pero en la práctica, la tecnología se «localiza»:
- China desarrolla Deepin con un diseño elegante y servicios integrados para su mercado, evitando dependencias de Google.
- Rusia crea Astra Linux para cumplir con sus estrictas leyes de soberanía digital.
- Venezuela impulsa Canaima para llevar software libre a escuelas públicas.
Todos usan Linux, pero cada uno lo moldea a su contexto.
2. La necesidad humana es universal, las soluciones son locales
Un agricultor en Kenia y otro en México necesitan predecir el clima, pero mientras uno quizá use una app con datos satelitales simples (por limitaciones de ancho de banda), otro podría integrarla con tradiciones ancestrales de cultivo. El fin es el mismo —sobrevivir—, pero el camino depende del terreno.
En el software ocurre igual:
- HamoniKR (Corea del Sur) prioriza soporte para el hangul y aplicaciones locales.
- BOSS Linux (India) incluye herramientas para gestionar documentos en 22 idiomas oficiales.
- Huayra (Argentina) viene con contenidos educativos del plan nacional.
3. La ilusión de la neutralidad
Decir que «la tecnología no tiene nacionalidad» es cierto en el código, pero ingenuo en su impacto. Detrás de cada distro hay decisiones políticas:
- ¿Usamos systemd o init tradicional? (debate entre libertad y estandarización).
- ¿Incluimos software propietario por conveniencia? (Ubuntu vs. Trisquel).
- ¿Priorizamos la seguridad sobre la usabilidad? (Qubes OS vs. Linux Mint).
Estas discusiones reflejan valores culturales: algunos países privilegian el control estatal (Rusia, China), otros la libertad individual (Alemania con Qubes OS), y otros la pragmática accesibilidad (México con KZeros).
4. El sueño compartido: tecnología que nos entienda
Al final, todos —desde un hacker en Estonia hasta un funcionario en Bolivia— buscamos lo mismo: herramientas que nos resuelvan problemas sin imponernos condiciones ajenas. Por eso el software libre triunfa: permite que un médico en Nigeria modifique un programa para diagnosticar malaria, o que una escuela en Filipinas clone Raspberry Pi OS para enseñar robótica con recursos limitados.
Conclusión: Un mismo corazón, muchos rostros
La tecnología es el único «país» donde todos tenemos doble ciudadanía. Podemos contribuir a Debian desde Argentina, reportar un bug en Fedora desde Egipto o forkear un proyecto español para adaptarlo a Mongolia. Lo hermoso no es que seamos iguales, sino que, desde nuestras diferencias, construyamos soluciones para todos.
¿No es acaso eso el verdadero espíritu del código abierto? 🌍✨