Elon Musk no para de sorprender al mundo, esta vez con la presentación de Colossus, la supercomputadora diseñada para revolucionar el campo de la inteligencia artificial (IA). Su startup xAI, lanzada hace poco en julio, ha completado la configuración de este gigantesco sistema, que Musk ha descrito como «el más poderoso del mundo» para el entrenamiento de IA. Y no es para menos: Colossus está impulsada por la impresionante cantidad de 100,000 unidades de procesamiento gráfico (GPUs) Nvidia H100, con planes de duplicar esa cifra en los próximos meses.
Lo que hace especial a Colossus es su propósito: entrenar un modelo de lenguaje avanzado llamado Grok, con el que xAI busca competir con el GPT-4 de OpenAI. Musk ha adelantado que esperan lanzar Grok-3 para diciembre, lo que suma aún más emoción a la competencia feroz en el ámbito de la IA, donde gigantes como Meta y la propia OpenAI también están utilizando cientos de miles de chips Nvidia.
Este proyecto tiene base en Memphis, Tennessee, donde xAI ha construido la infraestructura necesaria con la colaboración de empresas como Dell Technologies y Super Micro Computer. Incluso el CEO de Dell, Michael Dell, felicitó a Musk en su plataforma social X (anteriormente conocida como Twitter) por ser parte de este ambicioso proyecto.
Con una reciente ronda de financiación que recaudó 6 mil millones de dólares, xAI está valorada en 24 mil millones, lo que la posiciona fuertemente en este competitivo mercado. Inversionistas como Andreessen Horowitz y Sequoia Capital han apostado por el éxito de Musk y su visión de la IA.
Pero no todo es color de rosa. A pesar del entusiasmo tecnológico, xAI se ha encontrado con algunas críticas por el impacto ambiental de su instalación en Memphis. Algunas organizaciones ambientalistas han señalado que las turbinas de gas utilizadas por la empresa están empeorando la calidad del aire en la ciudad. Incluso, se ha sugerido que la startup podría estar operando sin los permisos necesarios. Este tipo de desafíos subraya las dificultades que enfrentan las empresas que intentan innovar en tecnología de punta mientras equilibran el impacto en el entorno.
A pesar de esto, los logros técnicos de Colossus no pasan desapercibidos. Durante una prueba en mayo, la supercomputadora alcanzó una velocidad de 10.6 exaflops (una medida de rendimiento extremadamente alta), superando incluso al sistema Aurora del Departamento de Energía de Estados Unidos. Todo esto, con solo el 87% de su hardware activo.
En cuanto a los componentes de Colossus, las GPUs Nvidia H100 juegan un papel clave. Estas GPUs son capaces de ejecutar modelos de lenguaje hasta 30 veces más rápido que las generaciones anteriores, y la próxima generación de chips, la H200, promete ser aún más rápida. Gracias a mejoras como el uso de memoria HBM3e y una mayor capacidad de almacenamiento, se espera que las H200 ofrezcan un rendimiento aún más impresionante.
En resumen, el proyecto Colossus de Elon Musk y xAI está empujando los límites de la inteligencia artificial, y aunque se enfrenta a ciertos desafíos ambientales, su capacidad tecnológica lo posiciona como un fuerte competidor en la carrera por dominar la IA a gran escala.