21 de noviembre de 2024

La nueva presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se comprometió el viernes a impulsar el desarrollo de un vehículo eléctrico compacto y asequible, fabricado en el país. Este ambicioso proyecto tiene como objetivo competir con los automóviles eléctricos importados de China, en un contexto donde Tesla, el gigante de los coches eléctricos, pausó sus planes para construir una planta en México.

Sheinbaum señaló que los modelos de Tesla, como el Model 3, cuyo precio ronda los 30,000 dólares, resultan demasiado caros para el mercado mexicano. Esto motivó su iniciativa de reunir a empresas nacionales e investigadores para desarrollar un automóvil eléctrico pequeño y económico que sea accesible para la población.

La cancelación de Tesla se atribuye a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y México, alimentadas por los comentarios del expresidente Donald Trump, quien sugirió la imposición de aranceles a los vehículos fabricados en México. Ante esta situación, Sheinbaum busca alternativas nacionales para no depender completamente de empresas extranjeras como Tesla.

Sin embargo, el plan enfrenta varios desafíos importantes. Uno de los más grandes es la falta de una industria robusta de producción de litio en México, un elemento esencial para las baterías de los autos eléctricos. Aunque existen yacimientos de litio en el norte del país que fueron nacionalizados, las técnicas actuales para su extracción no son viables comercialmente. A esto se suma el alto costo de la electricidad en México, lo que podría encarecer la carga de las baterías de los vehículos eléctricos para los consumidores. Aunque las tarifas eléctricas están subsidiadas para consumos domésticos bajos, los costos se incrementan considerablemente para consumos más altos, lo que podría desincentivar la adopción masiva de autos eléctricos.

Otro obstáculo es la infraestructura eléctrica de México, que actualmente está al límite de su capacidad para satisfacer la demanda de energía. Ampliar esa capacidad para permitir la carga generalizada de vehículos eléctricos representaría un gran reto.

Sheinbaum no ha especificado el precio objetivo del vehículo eléctrico que planea desarrollar, pero competir con modelos chinos que se venden en tiendas de descuento mexicanas por menos de 1,000 dólares es un desafío considerable. Las motocicletas eléctricas chinas, aunque económicas, han sido criticadas por su peligrosidad en el tránsito mexicano, donde muchas veces son utilizadas por más personas de las que permite la ley.

El retraso de Tesla en la construcción de su planta en Nuevo León causó frustración en México, especialmente entre los gobernadores de diferentes estados que compitieron por atraer esa inversión. Elon Musk, CEO de Tesla, declaró en julio que era mejor esperar los resultados de las elecciones estadounidenses antes de tomar decisiones sobre la expansión en México, en especial ante la posibilidad de nuevos aranceles impuestos por Trump.

El panorama para el desarrollo del auto eléctrico mexicano es incierto, pero la apuesta de Sheinbaum refleja una visión de independencia tecnológica y sostenibilidad que podría transformar la industria automotriz del país a largo plazo, si logra superar las dificultades iniciales.

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