El gobierno peruano ha planteado la posibilidad de cobrar impuestos a las aplicaciones más populares, como servicios de streaming, plataformas de redes sociales, y aplicaciones de transporte y entrega. Esta propuesta busca adaptar el sistema tributario del país a la economía digital, siguiendo el ejemplo de otros países que han implementado impuestos digitales para captar ingresos de grandes empresas tecnológicas que operan en su territorio.
Impacto en el Ciudadano Común
- Aumento en el Costo de Servicios: Si las aplicaciones populares como Netflix, Spotify, Uber, Rappi, entre otras, se ven obligadas a pagar impuestos adicionales, es probable que estas empresas trasladen parte o la totalidad de estos costos al consumidor. Esto significaría que los usuarios peruanos podrían enfrentar aumentos en las tarifas de suscripciones, servicios de transporte y entrega, afectando directamente su bolsillo.
- Acceso a la Tecnología: Para los ciudadanos que dependen de estas aplicaciones para entretenimiento, trabajo o movilidad, un incremento en los costos podría limitar su acceso a estos servicios. Esto podría generar una brecha digital mayor, donde solo aquellos con mayor poder adquisitivo pueden permitirse el uso de ciertas plataformas.
- Economía de la Innovación: La implementación de impuestos digitales podría desalentar a nuevas empresas tecnológicas a entrar al mercado peruano, lo que podría reducir la oferta de servicios innovadores en el país. Esto podría tener un efecto negativo a largo plazo en el desarrollo de la economía digital peruana, limitando la competencia y la innovación.
- Recaudación Fiscal y Servicios Públicos: Por otro lado, la recaudación de estos impuestos podría proporcionar al gobierno peruano recursos adicionales para financiar servicios públicos y programas sociales, lo que podría beneficiar indirectamente al ciudadano común. Sin embargo, la efectividad de este beneficio dependerá de cómo se gestione y distribuya este nuevo ingreso.
- Reacción de las Empresas: Algunas plataformas podrían reconsiderar sus operaciones en el país si los impuestos se consideran excesivos, lo que podría llevar a una reducción en la oferta de servicios disponibles o incluso a la salida de algunas empresas del mercado peruano.
En conclusión, la propuesta de cobrar impuestos a las aplicaciones populares en Perú podría tener un impacto significativo en los ciudadanos comunes, principalmente a través de un aumento en los costos de los servicios digitales. Aunque podría generar mayores ingresos fiscales para el gobierno, la medida también podría limitar el acceso a la tecnología y frenar la innovación en el país. El equilibrio entre recaudar impuestos justos y mantener un mercado competitivo y accesible será clave para minimizar los efectos negativos en la población.